Casa Estudio es un ejercicio de regeneración urbana que revitaliza una propiedad deteriorada de los años 80s ubicada en una zona micro-industrial. El entendimiento de condiciones pre-existentes causa una sutil intervención en el espacio a partir de un sistema de patios y la honestidad en los métodos constructivos empleados.

El desafío principal del ejercicio fue hacer más con menos. Desde resolver un planteamiento arquitectónico que logre ampliar un estudio en planta baja e independizar un nuevo departamento en planta alta, hasta maximizar el espacio interior-exterior habitable. La estética/forma del proyecto radica en la funcionalidad y el manejo aparente de los materiales.

La implementación de una serie de patios permitió ventilar e iluminar naturalmente todos los espacios. Su revestimiento con barro, material regional que tiene fuerza y contraste, renovó espacios de respiro para la contemplación. Debido al esfuerzo presupuestal, la materialidad de la casa se expone al desnudo. Exige alta calidad en mano de obra, puesto que el tabique, firmes, vigueta y bovedilla que se colocaron son acabados finales. Esto representó gran enseñanza al taller sobre las metodologías constructivas regionales. Se usaron también texturas vernáculas que el bajío ofrece. Como es el caso del junquillo, palma de tallo nudoso, fuerte y con propiedades flexibles por su altitud, extraído de Bucareli, una región de la Sierra Gorda Queretana.

El proyecto comprende y respeta su contexto. Pero también asume sus limitaciones. Es una oportunidad de re-generación urbana en la escala de un predio. Ya que, al ser una tipología seriada en su comunidad, establece una pauta hacia un crecimiento flexible y modular cuidando su densidad y lenguaje arquitectónico.
Casa Estudio recuerda su digno pasado y atiende a las necesidades de quienes la habitan para ser un lugar de vivir-trabajar.